Mientras el creciente dolor minaba su interior,
ya lejos destellaba la luz de la ilusión.
Una chispa hiriente
culminó junto al anochecer,
y los ojos que la observaban
rogaban enmudecer.
Pues daban gritos desgarrantes,
en forma de aluvión.
Un chirrido incesante,
a todas voces el horror.
Una tristeza tan vacía,
que llegaba a enloquecer
a la noche más sombría,
y al más calmo atardecer.
El odio suplantó al hiriente dolor,
quien lentamente se doblegó.
Arrodillado, bajo su cabeza
y ahi mismo pereció.
Rencor es mi segundo nombre,
-mencionó al pasar-
Tu haz de recordarme siempre,
pues sin mi tienes mucho que olvidar.
Resentirás todo lo que has querido,
te hundirás hasta no respirar.
Pensarás en lo que has perdido,
y que no volverás a añorar.
Abrirás puertas y ventanas.
A tu más preciado jardín irás.
La ira hará que cada flor destroces,
y solo luego te arrepentirás.
La negación se ha hecho tu amiga
y no deja de vociferar, gritando
-¿en que te has convertido?-
Jurando no conocerte más.
Te miras y no te ves,
Te sientes pero no estás.
Es hora de que Tú vuelvas
y quieras volver a comenzar.
Regresas sobre tus recuerdos;
lentamente se recomponen,
como un rompecabezas,
sellando un vasto final.
Esperanza, te he perdido! -exclamó el Desamor sin más-
Sin embargo resuelta has vuelto,
y juntos seremos de nuevo luz
en la eterna oscuridad.
Natalia S. Navarro.
ya lejos destellaba la luz de la ilusión.
Una chispa hiriente
culminó junto al anochecer,
y los ojos que la observaban
rogaban enmudecer.
Pues daban gritos desgarrantes,
en forma de aluvión.
Un chirrido incesante,
a todas voces el horror.
Una tristeza tan vacía,
que llegaba a enloquecer
a la noche más sombría,
y al más calmo atardecer.
El odio suplantó al hiriente dolor,
quien lentamente se doblegó.
Arrodillado, bajo su cabeza
y ahi mismo pereció.
Rencor es mi segundo nombre,
-mencionó al pasar-
Tu haz de recordarme siempre,
pues sin mi tienes mucho que olvidar.
Resentirás todo lo que has querido,
te hundirás hasta no respirar.
Pensarás en lo que has perdido,
y que no volverás a añorar.
Abrirás puertas y ventanas.
A tu más preciado jardín irás.
La ira hará que cada flor destroces,
y solo luego te arrepentirás.
La negación se ha hecho tu amiga
y no deja de vociferar, gritando
-¿en que te has convertido?-
Jurando no conocerte más.
Te miras y no te ves,
Te sientes pero no estás.
Es hora de que Tú vuelvas
y quieras volver a comenzar.
Regresas sobre tus recuerdos;
lentamente se recomponen,
como un rompecabezas,
sellando un vasto final.
Esperanza, te he perdido! -exclamó el Desamor sin más-
Sin embargo resuelta has vuelto,
y juntos seremos de nuevo luz
en la eterna oscuridad.
Natalia S. Navarro.
Muy Bueno, Gordaaaaa!!!!!! no seas tan expresiva, que en un momento de baja autoestima cualquiera se tira bajo un tren. Quiero otro; pero alegre.
ReplyDeleteAby
Es palpable, realmente es triste pero la realidad es asi, el amor es una perra.
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